Con el SENA, mejorando vidas tras las rejas

Condiciones de vulnerabilidad y extrema pobreza han incidido en que algunos jóvenes del Puerto de Buenaventura busquen obtener dinero fácil, incurriendo en el camino del delito con situaciones como el robo, el homicidio, la prostitución y el comercio de drogas. Muchos de ellos pierden la vida en el intento o terminan en entre rejas. El 70% de las personas que se encuentran privadas de la libertad en la cárcel del Distrito Especial de Buenaventura, son jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años.

En aras de realizar un aporte a la resocialización de los reclusos, en alianza estratégica con el INPEC, el Centro Náutico Pesquero del SENA (CNP), mediante programas de formación, brindará una nueva forma de vida a toda la población carcelaria del Puerto. Un primer grupo de 120 reclusos recibirá formación complementaria con duración promedio entre las 40 y 90 horas, en Panadería, Lombricultura, Mercadeo y Piscicultura. Para poner en práctica lo aprendido, la penitenciaría tiene habilitada a su interior un área de cocina y un estanque para piscicultura.

Carlos Ferney Portocarrero, quien será uno de los beneficiarios del convenio SENA-INPEC, con voz de aliento y entusiasmado, comparte de su historia de vida que nació el 25 de noviembre de 1978 y tiene dos hijos. “soy pedagogo y desde mis 16 años comencé a escribir poesía, cuento, verso, comedias y a hacer teatro. Por estar en la hora y el lugar equivocado, en una fiesta a mis 18 años, se presentó una riña y una persona murió. Sigo mi vida de forma tranquila porque no cometí ningún delito”. Este ciudadano colombiano, que hacia los años 2002 al 2004 se dedicaba a realizar trabajos sociales en instituciones como Bienestar Familiar, Policía Nacional (grupo de jóvenes) y el Colegio Comercial Británico de Nariño, entre otros, fue privado de su libertad en el 2010, sindicado de homicidio. Hoy, desde el centro penitenciario, haciendo uso de algunas herramientas de trabajo se dedica a formar a sus compañeros como carpinteros. “Enseñar carpintería se ha convertido en una forma de emplear mi tiempo y decirle a mis compañeros que hay esperanza para continuar. Con los recursos que obtengo con la venta de las camas, portarretratos, cocinas integrales e infinidad de artículos domésticos que elaboro, he logrado mi sustento y ayuda para mi familia”. Ahora, con la formación del SENA, su objetivo será adquirir nuevos conocimientos que le permitan ampliar su horizonte laboral y de paso, incentivar a sus compañeros para que en el futuro puedan crear sus propias empresas.

A Carlos Ferney podríamos describirlo como un hombre multifacético. Además de ser carpintero, tiene conocimientos en artesanías y panadería, labores que realiza de forma empírica. Sus compañeros lo consideran una persona con visión, colaboradora y comprometida con las causas sociales. Esto se reafirma cuando refiere que “voy a donar 15 bastones que estoy elaborando, al Centro de Ancianos de Buenaventura y espero encontrar ayuda en la ciudadanía para aumentar la donación”.

Para conocer un poco más de su vida y cómo aprovechará la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos con el SENA, se realizó una entrevista a Carlos Ferney Portocarrero, en la que afirmó lo siguiente:

“El SENA es muy importante y debe continuar con su labor porque las personas vulnerables y los desplazados no tendríamos la oportunidad de recibir formación de calidad si un día cambiaran sus condiciones. Para nosotros es fundamental porque no contamos con los recursos suficientes para ingresar a una Universidad. De hecho, he visto a muchos de mis compañeros, que con la formación que han recibido en el SENA, han podido trabajar al exterior”.

Al preguntarle cómo enseña a sus compañeros el trabajo de la madera, Ferney manifiesta que “aunque podría pensarse que en la cárcel el respeto se logra por medio de la violencia y el yugo, para mí opera de la siguiente manera: si te trato con amor y habilidad, te doy regalos y vas a ver que te respeto, entonces me mirarás como una persona que te valora y tiene aprecio. Es de esta forma como me he ganado la confianza de mis compañeros”.

Con respecto a la Institución, Portocarrero considera que el SENA tiene un reconocimiento nacional e internacional que ha ganado durante sus años de existencia gracias a un trabajo cuidadoso con toda la comunidad. Desde ya, manifiesta su voluntad por apoyar a sus compañeros en los cursos de los que hará parte por intermedio del SENA.

Carlos Ferney, al igual que los otros 119 reclusos próximos a iniciar la formación espera encontrar en el SENA una alternativa para certificarse y seguir cambiando tanto su futuro económico y laboral como el de su familia.