Buenaventura, 2 de septiembre de 2013.- La Región del Pacífico colombiano está
habitado en su mayoritaria por grupos étnicos, reconocidos
constitucionalmente por la ley 70 de 1991. Su territorialidad hace parte de lo
que se ha denominado “Choco Biogeográfico”, que va desde el golfo de Urabá, al
norte, hasta el Valle del Río Mira, frontera con el Ecuador, al sur;
contenido entre el piedemonte de la Cordillera Occidental, al este y el Océano
Pacífico, al oeste.
En
dicho espacio se encuentran paraísos turísticos como Bazán Bocana, a tan
sólo 25 minutos en lancha de Buenaventura, que se ha constituido en uno de los
cielos turísticos del principal puerto de Colombia. Allí, el 80% de sus
moradores son afrosdescendientes que utilizan como principales fuentes de
ingreso la extracción de piangua (molusco del Pacífico), la pesca artesanal, la
gastronomía y el turismo.
Sin
embargo, estas actividades sólo alcanzan el nivel necesario para la
subsistencia.
Por
tal motivo el SENA, por intermedio de su Centro Náutico Pesquero,
CNP de Buenaventura, se ha convertido en un agente de cambio social, al brindar
formación integral a 45 familias de esa zona en agroecología, con el fin de desarrollar una alternativa de subsistencia y cambio,
plasmada en una granja multipropósito de productos agropecuarios (cría de pollos de engorde, gallinas ponedoras y cerdos).
“Esta labor se realiza gracias a una alianza nacional que realizó
el Departamento para la Prosperidad Social con Bienestar Social este
último nos aprobó un proyecto por $ 39,500.000 millones, para el beneficio de
270 personas que se encuentran en condición de vulnerabilidad”, dijo Christian Enrique Tobar,
Gestor del Programa Emprendimiento para Población en Condición de
Desplazamiento del CNP.
Las actividades económicas que tradicionalmente
ha realizado la colectividad ancestral de Bazán Bocana le ha permitido crear a
lo largo de su historia relaciones parentales y de compadrazgo, en
estrecha y armónica relación con la naturaleza. Esto ha hecho posible que se
creen fuertes lazos de solidaridad que garantizan la unidad a la comunidad.
Sin
embargo, al igual que ocurre con los pobladores de Buenaventura y buena parte
del Pacífico colombiano, los habitantes de Bazán padecen altos
índices de necesidades básicas insatisfechas, lo que se ha traducido en una
incesante migración hacia centros urbanos del interior del país, con la
consiguiente ruptura de sus lazos socio-culturales ancestrales.
Debido a eso, uno de los
objetivos específicos de la formación que imparte el SENA en este lugar del
Pacífico apunta a generar conocimientos que le
permitan a la población raizal crear fuentes permanentes y
sostenibles de ingresos y alimentos, para alcanzar un umbral sólido de
seguridad alimentaria que permita mantener la cohesión social, el bienestar
familiar y la apropiación del territorio colectivo.
“Estamos muy contentos con el
proyecto, porque ha tenido buen acogida por parte de la comunidad y eso asegura
el éxito del mismo. Además, la certificación que vamos a recibir del SENA
es un componente agregado a este proceso, pues podremos fortalecer nuestros
conocimientos ancestrales y posibilitar la seguridad alimentaria de
nuestras familias”, destacó, Juan Gabriel Gonzales, Presidente del
Concejo Comunitario Bazán Bocana.
Algo
especial de este proyecto, es que una vez terminada la formación,
sus beneficiarios no sólo podrán contar con una economía de
auto-subsistencia, sino que además dispondrán de una fuente de
conocimiento para generar Unidades Productivas que viabilizarán la generación
de empleo en otras poblaciones aledañas al territorio.
Con
este tipo de acciones el SENA, el Departamento para la Prosperidad Social y
Bienestar Social, junto con la comunidad, están generando un camino de cambio social y ejemplo de emprendimiento para
el país.
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